o de la razón, al final
es lo mismo, siempre
hijos de la distracción
o de la necesidad.
Hijos del tiempo
y del espacio compartidos,
casas y calles
embarradas de hijos.
Del movimiento tibio
de vientres y rodillas,
y después un mundo líquido
entre las piernas y más arriba
y más adentro,
nueve meses más adentro...
Hijos de dios,
hijos de putas, de nadie,
de todos o de cualquiera.
Hijos del hombre,
del cuerpo y del espíritu,
de los cinco sentidos, hijos
de las alas y del barro.
Calles y casas embarradas
de hijos, hijos del pan
nuestro de cada día,
hijos de lo imprevisto
y de la costumbre.
Hijos del amor y el desamor cotidianos,
hijos del hambre, del dolor, del placer
fugaz, de la lujuria, del olvido, de gritos y
gemidos,
del silencio, de palabras y pensamientos,
brutalidad, tristeza y pasión, todo junto
ardiendo engendrando hijos.
Hijos de la razón o el instinto
al final es siempre
lo mismo, siempre
génesis y apocalipsis,
siempre hijos del viento,
hijos de espaldas y de vientres,
antes, durante y después, siempre
hijos del instante,
siempre
hijos de los hijos de los hijos...
De "Lo Levemente Ajeno" (El Suri Porfiado Ediciones, 2013).
De "Lo Levemente Ajeno" (El Suri Porfiado Ediciones, 2013).
Foto: Esteban Scapellato (De la muestra "Foto-Texto-Grafos, 2", Casa de la Cultura de General Roca, 4 de Noviembre al 5 de Diciembre de 2010).
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