claroscuros
infinitas lunas e infinitos soles
girando
sobre cuerpos peregrinos.
Tierra elemental y asfalto artificial
bajo pies
calzados o descalzos
yendo
de lo evidente a lo increíble
de lo concreto a lo abstracto
de la indefinición a la ambigüedad.
Ir nomás
queriendo siempre
atarse
a algo o a alguien.
Querer ser
sin ciclos
y pensar
que hay tantas cosas
de las que nunca deberíamos escribir
ni aún hablar...
De calles celestiales a cielos subterráneos
ir de barrio en barrio
de ciudad en ciudad
errando mudando mutando
sin ser
al fin y al cabo
nunca
de nada ni de nadie.
Andar
vivir así
sin raíces
desde el primer llanto
universal
hasta la última
incomunicable
sonrisa aún tibia...
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